Jesús Conde es un fotógrafo de eventos en Cantabria que suele trabajar a menudo con DJ Cheda en muchos de los eventos que organiza. Hoy vamos a preguntarle sobre las peculiaridades de su profesión, que él ha convertido en un verdadero arte.

 

Jesús Conde: tu fotógrafo cántabro de referencia

 

¿Desde cuándo sientes esta vocación por la fotografía?

 

Desde que pintando al óleo tuve que apoyarme en la fotografía para pintar en estudio. Descubrir las posibilidades del alto rango dinámico que se comenzó a desarrollar en los 90 me abrió un nuevo mundo de posibilidades creativas. Por primera vez podía captar en un sensor algo similar a lo que capta mi ojo y procesarlo de manera similar a como lo hace nuestro cerebro.

 

¿Qué es importante a la hora de realizar fotografías de eventos?

 

Estar fresco mental y físicamente. La creatividad se reduce drásticamente si no es así. Además, el número de oportunidades que estarás en disposición de captar se minimiza. Como decía Picasso “la inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando”. Si estás cansado descansará más y trabajarás menos horas durante toda la jornada que dura una boda.

 

¿Cómo has vivido la evolución del mundo de la fotografía en los últimos años? ¿Se ha perdido la esencia de la profesión cuando la tecnología ha tomado más forma?

 

Rotundamente no. La tecnología, en mi modesta opinión, potencia y ayuda a desarrollar la creatividad. Lo mismo se dijo de la pintura cuando apareció la fotografía, que la pintura dejaría de tener sentido. Nada más lejos de la realidad.

 

¿Cuáles son tus ídolos o referentes en el mundo de la fotografía?

 

Mis referentes, personas a las que respeto y admiro desde el punto de vista artístico, que no ídolos dado que hay grandes artistas o deportistas que dejan mucho que desear como personas, son principalmente, pintores como Velázquez, Goya, Turner, Vincent van Gogh, Picasso y especialmente Sorolla (que tuvo, por cierto, formación fotográfica a través de su suegro).

 

Como fotógrafos, curiosamente, dos de mis favoritos, Cristina García Rodero y Michel Kenna comenzaron siendo pintores y, por tanto, entendiendo la luz del mismo modo en que yo aprendí. Otros que me inspiran muchísimo son: Ansel Adams, Steve McCurry, William Klein, Dorothea Lange y Saul Leiter.

 

¿Como es trabajar con DJ Cheda como su fotógrafo de cabecera?

 

Para mí, significa diversión, pero además el placer de relacionarme con una buena persona (cosa en estos tiempos que corren que no es tan frecuente como debería).

 

En cuanto a la fotografía de bodas y otro tipo de fiestas privadas: ¿cómo ves el panorama actual?

 

Es un mundo muy competitivo en el que mostrarte en redes ya no es una opción, sino una necesidad. Además, las bodas han bajado en número o, al menos, eso manifiestan los hoteles, por lo que hay menos volumen de trabajo que antes.

 

¿En qué quieres diferenciar tu arte del resto de tus compañeros de profesión?

 

Precisamente en no ver si me diferencio, es decir, mirar cada vez menos al resto y centrarme en mi camino y desarrollo como persona y fotógrafo. Ese creo que es el secreto para ser tú mismo y no tan solo un producto de las modas y el tiempo que te tocaron vivir. Como dijo Coco Chanel: “La moda pasa, el estilo permanece”.